Technotintineo es una instalación/fiesta realizada para el BCN llum 2020 en colaboración con la UB de Bellas Arts que habla de la luz desde dos puntos de vista distintos, por un lado, trata sobre la idea de iluminación artificial, centrándose en el fuego, entendiendo a este como la primera forma de iluminación artificial -en tanto que producida por la raza humana- y por otro lado muestra una serie de trabajos escultóricos con objetos de consumo y piezas que de diversas maneras simulan fuego de forma artificial i/o tecnológica.

Esta instalación esta acompañada por dos vídeos que se proyectan en loop, simultáneamente y en diferentes lugares del espacio:
El primero un vídeo que recopila y muestra la evolución de la representación del tintinear del fuego en la historia de
los videojuegos en el que los diferentes tipos de llamas van pasando como objetos, de una en una, cada una bailando a su manera y con sus posibilidades técnicas, bien diferentes desde 1972 hasta hoy.

 

Nos interesa la relación de la representación de este tintineo con la evolución del movimiento de las formas digitales. Este vídeo se relaciona con el segundo a través de la música, ya que el movimiento de las llamas del primer vídeo cuadra con el ritmo de la música que sale del segundo, dando la impresión que el fuego digital baile -y ilumine- al son del ambiente, aportando calor a los cuerpos

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La segunda proyección es un vídeo de archivo de una ceremonia de
una secta en estados unidos en los años 70 donde se muestra a miles y
miles de personas vestidas con diferentes tonos de naranja en un lugar
inmenso y extraño en catarsis total; saltando al unísono, gritando o
tirándose por el suelo. Esa escena nos parece la representación
performática de la idea de fuego, como una visión molecular de lo que hay en el interior de toda llama. El vídeo tiene como banda sonora diferentes tipos de música techno tekno, hardcore y nightcore.

Para acabar de aglutinar esta idea de imitación y substitución tecnológica de elementos ancestrales del rito, como el fuego o la percusión se utiliza el humo falso como vehículo de abstracción. Es decir, de vez en cuando, a través de diversas máquinas de humo, algunos lugares del espacio se llenan de un vapor inocuo y respirable que difumina toda la iluminación y representación, visibilizando los haces de luz de las diversas fuentes, transformando por momentos todas las piezas  en una gran nebulosa centelleante que; como una tormenta holográfica, deshace toda la intencionalidad de las obras convirtiéndolas en un ornamento fluctuante y baboso.

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